Transmitir la Fe

¿Cómo era antes? Se cuenta que San Pedro, hablando de Cristo, de su Pasión y Resurrección, convenció a miles de personas que se convirtieron por sus palabras.

Unos siglos después, hubo un santo que hablaba tan bien que se ganó el sobrenombre de «pico de oro» -Juan Crisóstomo.

Mucho tiempo después, cientos y cientos de años, se produjo un auténtico y horroroso desastre humanitario. Fue algo tan horrible y tan grande que devolvió a la palestra de la fama a los cristianos menores de edad. Que los niños tuvieran protagonismo era algo que no se veía dese el abandono infantil en Roma (tristemente famoso) y el arrojo de los primeros mártires menores de edad.

Este desastre fue la cruzada infantil. Mientras los mayores se organizaban bajo el Dieu le veut, los pequeños -siempre más impacientes- salieron inflamados a la aventura. Era una aventura que, a sus ojos, se revestía de santa. Y esta es una de las claves para entender la infancia: que una idea sea santa o sagrada es, para el corazón joven, algo por lo que vale la pena morir; el atributo «santa» convierte a la idea en absoluta.

Muchos siglos después la Santa Virgen María decide aparecerse ¿A quién? Pues después del asunto de Juan Diego y la que sería la Patrona de América, María muestra una clara preferencia por los niños: Lourdes, Fátima… Incluso, en éspocas más recientes, en regiones eslavas.

Claves Históricas de la Catequesis

1. Argumentación

De San Pedro y compañía se pueden ver los beneficios de una buena argumentación. La buena argumentación es aquella que combina lógica y sentimientos.

Sobre todo sentimientos.

El buen argumentador hace un hincapié especial en los sentimientos. Lo cual no es lo mismo que el argumentador honesto.

El argumentador honesto quiere hilvanar sus argumentos basándose en la necesidad o en una lógica casi matemática. Y cuesta pensar de otra forma, a pesar de que los sentimientos son una parte fundamental del catequista. Por eso es tan importante el testimonio -del que se hablará más adelante- porque se apoya en los sentimientos y en una lógica no siempre perfecta pero siempre honesta.

La parte negativa de apoyarse demasiado en los sentimientos es que los avatares de la vida se los llevan con gran facilidad.

Los políticos, en general, son grandes argumentadores. Para ello, se apoyan mucho en los sentimientos.

Los políticos hablande tal manera que uno los escucha con gran placer. Pero a los cinco minutos  nos cuesta recordar la lógica de su discurso. Sin embargo, sabemos qué sentimiento animaba al discurso. Y es que, como ya hemos dicho más arriba, son grandes argumentadores y hay mucho que aprender de ellos.

Otra enseñanza de la historia es el

2. Apasionamiento

de la juventud. Los jóvenes entregan el corazón a una idea o una persona. La vida, piensan los jóvenes intuyendo una Gran Verdad, solo tiene sentido entregándola. Nos sentimos más avaros con la vida con las canas o viendo los cuernos al toro. Pero no la juventud: tienen una generosidad especial con una vida que siente eterna e inmortal. Y por eso se produjo la Cruzada Infantil, de tan funestos resultados.

El último hecho histórico que vale la pena resaltar es la

3. Inocencia

presente en las apariciones de María. Sin embargo, es una característica resbaladiza. Parece como si cualquier adulto hijo de la civilización europea NO es inocente.

Para entender mejor la inocencia, tal vez nos ayude ir por el otro extremo. Ir por la malicia.

Según la RAE, una de las definiciones de la malicia sería

 Intención solapadade ordinario maligna o picantecon que se dice o se hace algo.

Sin embargo, para andar por casa diremos que una persona maligna es aquella capaz de imaginar males a otros y tener experiencia por haberlo puesto en práctica o haberlo visto hacer en el pasado. Hay una relación muy estrecha entre malicia y experiencia, al menos en Europa.

Sin teorizar más y volviendo al tema, la Virgen María solo se aparece a seres humanos inocentes. Son seres que ni se les ocurre pensar en la maldad.

La inocencia es como una flor delicada que poseemos y conservamos a lo largo de nuestra vida. En ocasiones, vemos algo del pasado que nos hace revivir sentimientos que creíamos olvidados. Como en la película Le Fabuleux Destin d’Amélie Poulain

Recapitulando, la historia enseña sobre la argumentación, el apasionamiento de la juventud y la inocencia.

¿Qué ha pasado en nuestra época? ¿Qué es diferente?

Lo único que ha cambiado -a nuestro modo de ver- son dos factores que afectan directamente a la juventud.

1. Diferente papel de los padres.

2. Muchas influencias en la juventud.

Y es que los padres ya no son los principales educadores. Este papel se distribuye entre la escuela, el mercado capitalista y los medios de comunicación (sobre todo internet)

Antes los padres explicaban el mundo. Antes los padres servían de intermediarios y de presentadores. Antes había un circo con leones bajo jaulas y un señor que explicaba los números del espectáculo. 

Ahora los leones pasean tranquilamente por las calles. El mundo no tiene el intermediario de unos padres que lo explican.

La escuela se lava las manos con todo lo que no entre en el temario. Y es el mercado capitalista y los influencers los que dicen «este es un león». En el primero de los casos, acompañará el mensaje con «Detergentes León». Y en el segundo el influencer nos contará que los leones vienen de Madagascar.

Todo lo creen los jóvenes.

A veces el Estado y el aparato administrativo quieren meter mano pues el pastel que está en juego es muy jugoso. Como además el Estado tiene mucha influencia en el Mercado y en la base legal en la que se apoyan los medios, le parece que él debe de jugar ese partido. Sin embargo, aunque proclame su poder e independiencia, apenas hace algo diferente de lo que pueda conseguirle más votos…

Los padres, aún los bienintencionados, tienen una actitud ambigua o directamente perdida. Los jóvenes ven en ellos una mezcla de niñez tardía, revolución sexual, diversión loca, relativismo… cuesta encontrar algo firme o un sentido de la vida en ese maremágnum de sentimientos, influencias e inconsistiente lógica que son los padres.

La catequesis y el testimonio

Hay pocas cosas que tengan el atractivo del testimonio vital. Todos somos humanos (unos más que otros, se podría decir)

Los jóvenes no son una excepción. No son gatos, conejos u hormigas. Son humanos.

¿Por qué motivos entramos en una relación especial con Jesús? ¿Qué nos motivó? Porque descubrirle es un camino de Damasco. Y es por eso que las confesiones de los santos y algunas hagiografías tienen un valor muy alto. Inmenso. Sin embargo, la gran mayoría de los testimonios son de gente de la calle que vive un cotidiano similar al de cualquier hijo de vecino. Pero son gente que encontraron a Jesús y ese encuentro les cambió la vida. ¿Cómo se produjo ese encuentro? ¿Por qué? ¿Qué le precedió?

Cuando uno da catequesis, ese testimonio debe de ocupar todo un capítulo y ser una constante referencia.

¿Y si nunca hubo una conversión diferenciada? Entonces el testimonio del día a día es suficiente (si acaso es posible)

Conviene resaltar en que el protagonismo de la Fe marca la diferencia. En especial, frente al sufrimiento.

Y, sin embargo, puede ser algo nimio, como la forma en la que nos las arreglamos en la últimas vacaciones para asistir a la misa dominical cuando la única iglesia estaba a cientos de kilómetros.

O puede ser algo más profunda, como el hecho de que la Fe nos salvó de ahogarnos ante la desesperación que da la muerte de un ser querido.

Lo singularmente curioso es que solemos infravalorar ese testimonio y nos parece algo gris y apagado. Mentira. Es muy interesante y Dios se puede servir del testimonio para hablar al alma.

Hemos de hacer un acto de Fe y saber que esa aparente incoloridad es extraordinariamente atrayente para los catecúmenos.

Elementos para la catequesis

Además de los tres elementos históricos (argumentación, apasionamiento e inocencia) que se han de tener en cuenta en la catequesis, hay dos elementos más que están revestidos de sentido común.

Uno es el del testimonio. El otro es de saber escuchar.

Sobre el testimonio, un apunte: se puede y debe testimoniar partes de nuestra vida donde la Fe no haya tenido un papel relevante o que incluso sea inexistente. Para que Dios entre en nuestra alma, antes ha preparado el terreno. Y cualquier cosa que hayamos vivido puede entrar en esa categoría. Todo lo que se cuenta lo hace un catequista y no «una persona cualquiera». Por ello, la enseñanza de la Fe siempre está presente, aunque sea de manera sutil y entrelíneas.

Decíamos de otro elemento para tener en cuenta en nuestra catequesis: escuchar (y, por extensión, respetar). No importa que las ideas que tengamos delante sean más o menos aberrantes o heréticas. Porque todas provienen de un ser humano y escucharlas es la primera forma de decir «Te quiero».

Pocas cosas son más cristianas… pocas cosas hablan mejor de ese amor incondicional de Dios que esa escucha.

El amor de Dios se basa en nuestra libertadd y no puede entenderse si somos incapaces de escuchar al diferente.

Conviene resaltar aquí la importancia que tiene para el catecúmeno que sus dudas, ateísmos y conflictos espirituales se reciban cristianamente. Nuestro testimonio dirá que hemos pasado por cosas similares, que no somos robots sin alma.

Nuestra escucha -nuestro respeto- hablará a gritos de cómo es el Amor de Dios.

Posteriormente argumentaremos, buscaremos que el catecúmenos se apasiones por la verdad y que se guíe por los principios de la inocencia.

Todo eso va después.

Catequesis Online

Las enseñanzas de la Iglesia se concentran en las encíclicas. Pero tienen un gran pega: la dificultad de su lectura.

Incluso aquellas más cortas y mejor expuestas (las menos) pecan de un lenguaje complicado para el común de los mortales.

Al ilustrarlas, se da un paso de gigante. Siguen siendo difíciles, pero ya son mucho más asequibles. Tal vez las pueda disfrutar solo una minoría, pero no es la minoría de la minoría que existía antes.

Además, uno ya puede descargar ilustrado el resumen de la Amoris Laetitia que el Vaticano publicó o imágenes sueltas de la encíclica Laudato Si. Tanto la Amoris como la Laudato hacen referencia a problemas acuciantes.

Desde esta ágina, hay acceso al Ángelus del Papa y a la Hoja Parroquial Infantil. Ambas cosas pueden ser muy útiles para la catequesis.

En la catequesis hay dos partes diferenciadas: una deconstructiva (en plan Derrida) y otra constructiva.

En detalle:

En la parte deconstructiva se arremete contra una falsedad. A pesar de que es algo más falso que un billete del monopoly, la mayoría de la gente lo cree a pies juntillas (incluídos los catecúmenos). Lo primero que hace el catequista es desmontar esa creencia. Por ejemplo, creer que «rezar no sirve para nada».

En la segunda parte -la constructiva- se ilustra y enseña lo que uno cree que es verdad y que coincide con las enseñanzas de la Madre Iglesia. Uno puede criticarla más o menos, pero no niega su doctrina y reconoce que en ella está el tesoro de la Fe.

Nuestro popósito aquí es el de presentar un material que haga frente a las dos partes de la catequesis.

Catequesis en este sitio

En resumidas cuentas, aquí hay una serie de recursos gratuitos para la catequesis:

1. Hoja suelta de temas claramente catequéticos, como la de «Por qué no rezar»

2. Ángelus del Papa, pues el Sumo Pontífice quiere hacer un mundo mejor (horizonte de todo catequista)

3. Hoja Parroquial Infantil «Va-ti», donde se enfoca la enseñanza de la Fe a los más pequeños.

4, Resumen Ilustrado de la Amoris Laetitia. Un resumen que el mismo vaticano publicó.

5. Imágenes de la Laudato Si

Además de estos 5 recursos, aquí hay acceso a documentos ilustrados en español y en otros idiomas, también en otras regiones.

Importante: los textos NO están alterado, NO es un resumen. Es un copiar/pegar de lo más jugoso de cada encíclica o documento. Lo que está escrito en el original, está escrito aquí.