Corazón de padre

Las humillaciones de San José

Con el amante corazón de un padre

Hace unos dos mil años, en la tierra de Israel, había un padre. Lo llamaban «el justo». Era carpintero.

– Un día descubrió que su novia y prometida estaba embarazada. No era su hijo.

– Al poco tiempo nació «el hijo» en muy malas condiciones. La angustia que padeció el «justo» debió ser enorme.

Pero apretó los dientes e hizo todo lo que pudo para protegerlo.

– Todo era muy difícil y, en ese momento, el gobernante del lugar decidió atacar la seguridad del niño. ¿Qué hacer? «El justo» decidió (en aras de la protección) que todos emigraran a otro país donde no llegara el brazo del gobernante.

– En ese otro país nadie sabía de él. Conoció a otros emigrantes y tuvo que tragarse mil y una humillaciones para llevar algo de dinero a su pobre hogar. Nadie sabía que solía ser carpintero. En su pueblo era un personaje importante. Pero no allí. Allí era un emigrante. Nadie importante. Era un extranjero. Mal visto, peligro potencial. Extranjero.

– Se enteró de la muerte del gobernante y decidió que la familia podía regresar al país. Pero no quería arriesgar el destino de sus seres queridos regresando a su pueblo. Se fue a otro pueblo. Y de nuevo empezó de cero. Otra vez.

– Cuando el niño empezaba a ser un joven simpático, desapareció.

Recuerda un poco al magnífico cómic de Calvin & Hobbes de Watterson. Calvin desaparece un día y su madre dice algo como “ser padre significa estar dividido entre querer estrangular a un niño y querer con todas tus fuerzas que regrese a salvo”.

No hay noticias de cómo muere San José. Pero parece haber sido un final en armonía con su vida.

Él es el santo más agradable. Las pasó canutas pero tenía una misión: proteger a su familia.

invocar-el-espiritu santo san jose y el niño a sus hombros

Qué significa ser un papá

Seguramente hay un límite a las humillaciones que un padre puede sufrir por (y de) su descendencia. Pero no sabemos dónde está ese límite. Muy lejos y tal vez ni exista.

Ser padre es muy importante. No solo para el hijo o la hija, sino también para el padre.

Ser padre te cambia la vida.

El tema suele tratarse en las películas. En Star Wars todos recordamos el drama de Luke descubriendo quién era su padre. No es algo que  deje (en especial a Luke) indiferentes.

En la misma saga, Han Solo y Leila tienen un hijo que no cumple con sus expectativas. O algo así. Es como el drama de Luke pero al revés.

Hay una película maravillosa de Bosnia-Herzegovina llamada Tesko je biti fin (Es difícil ser bueno). En él, el protagonista descubre que su amado hijo no es suyo, que su esposa se emborrachaba todas las noches para engañarlo y quedar embarazada.

En Los Vengadores, el sacrificio de Tony solo es posible porque no está dispuesto a arriesgar la vida de su hija en absoluto. Es un mandamiento interno que va con la paternidad: “Protegerás siempre a tus hijos a lo largo de tu vida. Esa es tu mayor misión”.